Compartir

domingo, 19 de enero de 2014

thumbnail

la única gravedad que me atrae



"Yo no sé sino romper las cosas", le dijo antes de abrazarla. Era un día a finales de otoño, y ya era demasiado tarde. Porque cuando uno se enamora no puede desacelerar las cosas. No puede besar sin hundirse, ni abrazar sin dejarse la piel en los brazos del otro. Cuando uno se enamora tiende a olvidarse de las advertencias, y sólo ve lo que reflejan los ojos de la persona a la que ama. Y ya era demasiado tarde. Porque a veces queremos lo insano, la herida, el insomnio, y retrasar el inevitable portazo. He releído mis errores hasta que terminaron pareciéndome aciertos. Y el guiño que el destino hacía para apuntar y dispararme, una señal de que quería ligar conmigo. Quiero decir, ya no sé diferenciar amar de ponerme en peligro por alguien. Como si fuésemos salidas de emergencia cerradas, inclinándonos por todas esas ilusiones que se prenden cuando no se cumplen. A veces no necesitamos saber a quién estamos esperando para tener la sensación de que está llegando tarde. Hace tiempo que giro sobre ningún punto, y ahora la única gravedad que me atrae es la de volver a tropezar con las mismas piedras, por si alguna consigue después lamerme las heridas.

"Pero abrázame, no te preocupes", respondió ella. Era un día a finales de otoño, como hoy.

Subscribe by Email

Follow Updates Articles from This Blog via Email

1 Comments

avatar

Tu gravedad me atrae...no puedo salir de tu orbita

Reply Delete

Vistas de página en total

Con la tecnología de Blogger.

On Line