Compartir

viernes, 29 de noviembre de 2013

thumbnail

Nadie me escucho



Había terminado de llover y el aire estaba frío, de ese aire que deja la lluvia cuando se va. El día estaba azul queriendo volverse negro y encendí un cigarro para que mi mente se relajara sola, porque solo estaba yo. Suspiré por última vez, regresé la mirada, y ahí estaba él. Justo en dónde había llovido antes, y en donde ahora el tiempo se había detenido. Pensé en moverme, pero no supe cómo, pensé en acercarme pero no me pude mover, pensé en hablarle pero no me pude acercar, pensé en gritarle y sin más, le grité. Grité su nombre desde adentro, le grité un “Te extraño” con todas mis fuerzas, le grité un “Te necesito” con todo lo que tenía, le grité un “Te quiero” con mi alma y mi ser. Le grité te quiero tan fuerte, que ni él ni nadie, me escuchó.

Subscribe by Email

Follow Updates Articles from This Blog via Email

1 Comments

Vistas de página en total

Con la tecnología de Blogger.

On Line