La imaginación sociológica es una cualidad mental que nos
ayuda a usar la información y a desarrollar una razón para conseguir
recapitulaciones lúcidas de lo que ocurre en el mundo y de lo que quizás está
ocurriendo dentro de nosotros mismos.
La imaginación sociológica permite a su poseedor
comprender el escenario histórico más amplio en cuanto a su significado para la
vida interior y para la trayectoria exterior de diversidad de individuos.
La primera lección es la idea de que el individuo solo
puede comprender su propia experiencia y evaluar su propio destino
localizándose a sí mismo en su época, y solo puede conocer sus propias
posibilidades en la vida si conoce las de todos los individuos que se hallan en
las mismas circunstancias.
La imaginación sociológica nos permite captar la historia
y la biografía y la relación entre ambas dentro de la sociedad. Esa es su tarea
y promesa. Reconocer esa tarea y promesa es la señal del analista social clásico.
Esta imaginación es la capacidad de pasar de una
perspectiva a otra; Es la capacidad de pasar de las transformaciones más
impersonales y remotas a las características más íntimas del yo humano, y de
ver las relaciones entre ambas cosas.
La imaginación sociológica es la forma más fértil de la
conciencia de sí mismo.
La distinción mas fructuosa con que opera la imaginación
sociológica es quizás la que hace entre “las inquietudes personales del medio”
y “los problemas públicos de la estructura social”. Esta distinción es un
instrumento esencial de la imaginación sociológica y una característica de toda
obra clásica en ciencia social.
El enunciado y la resolución de esas inquietudes
planteadas corresponde propiamente al individuo como entidad biográfica y
dentro del ámbito de su ambiente inmediato; los valores amados (o considerados
buenos) por un individuo le parecen a éste que están amenazados, es decir tanto
los valores como uno mismo se siente amenazado.
Los problemas se relacionan con materias que trascienden
del ambiente local del individuo y del ámbito de su vida interior. Un problema
es un asunto público; se advierte que está amenazado un valor amado por la
gente. Un problema implica muchas veces una crisis o cambio en los dispositivos
institucionales, y con frecuencia implica también lo que los marxistas llaman
“contradicciones” o “antagonismos”.
Darse cuenta de la idea de estructura social y usarla con
sensatez es ser capaz de descubrir esos vínculos entre una gran diversidad de
medios; y ser capaz de eso es poseer imaginación sociológica.
Cuando la gente estima una tabla de valores y no advierte
ninguna amenaza contra ellos, experimenta el bienestar. Cuando la gente no
siente estimación por ningún valor ni percibe alguna amenaza es la experiencia
de indiferencia. Si parece afectar a todos los valores se convierte en apatía.
Supongamos que perciba agudamente una amenaza y tampoco siente estimación por
ningún valor, esta es la experiencia de malestar, de la ansiedad que si es
insuficiente total se convierte en una indisposición mortal no específica. Pasa
a dejar de haber vida individual. La primera tarea política e intelectual del
científico social consiste hoy en poner en claro los elementos del malestar y
la indiferencia contemporáneos. La imaginación sociológica es una cualidad
mental necesaria hoy en día en esta sociedad.
Tags :
imaginación sociologica
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